El aislamiento es el premio, recompensa al pensamiento, es una frase de Rafael Lechowski un escritor, músico y editor español. Pero que refleja mis sentimientos en este momento donde nos están pidiendo distanciamiento social y muchos seres queridos están muriendo en el mundo.
Hace solo tres meses todos festejábamos el año nuevo y teníamos mucha fe en que el 2020 seria fabuloso. De un momento al otro todos nuestros planes, esperanzas y deseos se vieron frenados por el COVID-19.
A nuestros abuelos los obligaron a ir a la guerra y a nosotros nos están pidiendo que nos quedemos en casa.
Ir la guerra implicaba morir, tal vez sobrevivir con las consecuencias emocionales, en muchos casos con problemas de salud y mental.
Quedarte en casa aislado implica matar el tiempo, convivir con la familia, superar la confusión. Cambiar las rutinas y entender los sentimientos que por momentos se disparan.
He leido por ahi que las peticiones de divorcios se han disparado, las descargas de aplicaciones para ordenadores y teléfonos móviles (particularmente juegos) han aumentado en algunos casos más de un 300% y el consumo de series se ha doblado en los últimos días en algunas plataformas.
Estamos en un estado de alerta y requiere un alto compromiso de las personas.
Necesitamos ayudarnos, apoyarnos y sobre todo enviarnos fuerzas para continuar en este momento de tanta incertidumbre.
No considero aislamiento tener que quedarme en casa con quienes amo. El aislamiento es lo que están viviendo los enfermos graves.
Deja de decir que estás aburrido, molesto porque no puedes salir de casa; mientras que todos los que están en el hospital quieren irse a casa.
Entonces, agradece a Dios si tienes que quedarte en casa, pues a pesar de todo, con dinero o sin dinero, con un trabajo o sin trabajo, con mucho o poco, estás en el mejor lugar que podrías estar, en tu casa, ¡rodeado de la familia!
Quizás sea hora de transformar tu hogar en un lugar maravilloso para quedarse, un lugar de paz y no de guerra, de abrazo y no de distanciamiento.
De todos modos, mira con otros ojos la situación que estás viviendo y aprende de ella.
Haz de tu casa una fiesta: Escucha música, canta, baila.
Haz de tu casa un templo: Ora, reza, medita, pregunta, alaba, agradece.
Haz de tu casa una escuela: Lee, escribe, dibuja, pinta, estudia, aprende, enseña…
Haz de tu casa una tienda: Limpia, ordena, organiza, decora, etiqueta, mueve de lugar, recicla, dona …
Haz de tu casa un restaurante: Cocina, come, prueba, crea recetas, cultiva especias, planta un huerto…
Haz de tu casa, de tu familia, un lugar de amor. Conviértete en un instrumento de paz durante este tiempo de cuarentena y cuaresma. Da amor y recibirás amor.
Transmite paz y recibirás paz
Y sobre todo QUEDATE EN TU CASA! Stay at home
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